Que altura y no se cae.
Aquí fue bautizado un tío abuelo mío: El capitán médico Teófilo Rebollar Rodríguez. Mis bisabuelos debían de estar allí de maestros. Es impresionante que con el sueldo de dos maestros se diera carrera a tres hijos. Primero el bachillerato en Palencia y luego los estudios universitarios: el mayor, Teófilo, estudió Medicina en Madrid; el segundo, Eutiquiano, mi abuelo y pinchorrero, también estudió medicina pero en Valladolid; el pequeño, Jesús, estudió Ciencias Naturales y Farmacia en Madrid. Son tres ejemplos de superación. Pero el capitán Teófilo Rebollar Rodríguez acabó pasando los últimos días de su vida más duros, es citado por varios historiadores por su valentía y su esfuerzo en curar sin medios a los enfermos y en trasladarlos hasta Melilla en el tren hospital que tenía su cabecera en Tistutin. De Tistutin se retiraron a Monte Arruit, 50º grados, sin agua, sin comida, sin municiones... tras pactar la rendición fueron terriblemente asesinados, se fueros descomponiendo sus restos en la cuesta de Monte Arruit al caluroso sol del Rif, hasta que fue reconquistado. En la enfermería se encontró una foto de mi tío y una tarjeta del también médico Espina Rull. Sirva esto en homenaje no sólo a la memoria de mi tío, sino a la de todos los que sufrieron lo indecible en el terrible desastre de Annual, muchos de ellos valientes jóvenes anónimos