TORQUEMADA: Remate 'in situ' del IV encuentro de Troquemadenses...

Remate 'in situ' del IV encuentro de Troquemadenses Ausentes' (conocidos también como 'Los chiguitos de la Carol y el Ángel')
Fue leido en el otro barrio, el de las bodegas, tras una opípara aunque sencilla y muy torquemadense comida grupal. Ahí va:

Hubo un día en que chiguitos
el pueblo donde nacieron
tuvieron que abandonar
buscando un destino nuevo.

Llegada una cierta edad
en que la nostalgia emerge
comenzaron a añorar
su niñez torquemadense.

Y decidieron volver.
Pero, ¿cómo hacer solos
y, además, hacerlo bien?

Pues en el retorno al pueblo,
ése que les vio nacer,
se amontonaron dos hechos:
El primero un sitio WEB,
llamado "Pueblos de España",
y una estrella que surgió
rutilante de sus páginas.

Estrella casi divina,
era una estrella con Ángel.

La estrella tenía un nombre.
¿Lo adivináis? …
¡CAROLINA!

Pues a partir de este encuentro,
estos ausentes del pueblo
desde su más tierna infancia
siempre tenemos recuerdos
para esta nuestra madrina
que todos recordaremos
y ella es Carol: ¡CAROLINA!

Nunca ha aceptado regalos
(ni el costo de sus viajes)
mas merece un homenaje
y, este año, como agasaje
un cuadro lo ofreceremos.

Y es que una “miembra” del grupo
(femenino en plan de chanza
aunque critico su uso)
que tiene dotes de artista
se ofreció de mil amores
a representar a todos
encarnados en las flores
y frutos de los jarrones.

¡Angelito y Carolina,
cuando remiréis el cuadro
en la flores debéis ver
a Sara, Virgilio, Carlos
a César, Marga y Andrés
(que, aunque sea el más chiquito,
es al que más se le ve
porque hace señales de humo
con su pipa -de través-).

Que no queden es oscuro
las parejas de chiguitos
que cuidan muy bien hogaño
a estos chiguitos de ayer
que ya están en el futuro
de aquellos niños de antaño.

No olvidemos a Martín
ni a Rosa, querida esposa,
con chistu y sin tamboril
agregados de postín
mientras que dure esta cosa.

Ni a los otros voluntarios
que con su grano de arena
o con su simple presencia
nos hacen sentir en casa
aunque sea en la bodega.

Vayamos a lo que vamos
y gritemos todos juntos:
¡Que viva nuestra madrina
y ese paciente galán
que atiende a la ‘colorina’
cuando hace frío en invierno
o en verano, calorina.

Así que yo empiezo el “ ¡VIVA!”
y vosotros, repetid:
¡QUE VIVA LA CAROLINA
Y El CHIGUITO DESIGNADO
PARA DARLE COMPAÑÍA!
...
(Y la multitud aulló
”vivas” a la Carolina,
halagos a la pintora
autora del bodegón
y aplausos para el autor
de esta humilde poesía.

-O lo que sea este escrito-)

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