Entrada de la sala capitular, SAN ANDRES DE ARROYO

La entrada a la sala capitular tiene otra sabor si en la foto se puede ver una hermana que camina. Porque los monasterios no son lugares muertos para visitantes deseosos de ver obras de arte. Estos pasillos tienen vida sobre todo cuando las monjas pasean por ellos, entre cánticos y rezos. Es una pena que no podamos ver esos momentos llenos de calor humano y sentido religioso.