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Tus calles convergen
En una: la Plaza,
Surtidos de comida y noticias
Fácil blanco de muchas ventanas.
Francisco Herreros
Hacia el norte se ven las escuelas,
Al oriente, la Iglesia gallarda,
Al lado, la fuente
Con agua calcárea.
Francisco Herreros
Si en la misa del domingo,
La Iglesia tan llena está,
¿Cómo estará por la Octava,
cuando vuelvan a llegar,
caras nuevas de invitados,
que otra vez disfrutarán?

Pero dejemos la fiesta,
Es domingo ¿Qué más da
Para ver mozos y mozas, ... (ver texto completo)
Niños por todas las partes,
Que todos quieren jugar,
Y así un día y otro día,
Todo el año el mismo plan,
Que cuando bulle la vida,
Es la cosa más normal

Recordando, recordando,
Es muy fácil añorar,
Aquella vida del pueblo, ... (ver texto completo)
AÑORANZAS

Recordando, recordando,
Es muy fácil añorar,
Aquella vida del pueblo,
Que bullía más y más.
Proyectando su memoria,
Lo vemos con claridad:

Francisco Herreros
AÑORANZAS

Recordando, recordando,
Es muy fácil añorar,
Aquella vida del pueblo,
Que bullía más y más.
Proyectando su memoria,
Lo vemos con claridad:

Niños que llenan la escuela, ... (ver texto completo)
INSTANTÁNEAS A MI PUEBLO (MARCILLA DE CAMPOS)

Campo yerto de tierra de campos
Rastro firme, de recia mirada,
Eres cuna de un pueblo labriego,
Que te cuida, te siembra y te ara.

Sois pueblo querido
Colmena ignorada,
Donde viven contentos los cuerpos, ... (ver texto completo)
LA LAGUNA

Para lavar la ropa se acudía a la Laguna, que era el lugar más espacioso y a las orillas había buenos tendederos sobre la hierba, y ¡cuántas mujeres acudían!.
Una hermosa poesía dedicada a la Laguna de Narcilla, escrita por Francisco Herreros

LA LAGUNA DE MI PUEBLO (MARCILLA DE CAMPOS)

La laguna de mi pueblo,
Qué alegre estaba con agua:
Bullía de renacuajos, ... (ver texto completo)
POZOCUENDE

También acudía a Pozocuende donde había dos pilas pequeñas a ambos lados para aclarar y un pilón en cuadro bastante amplio entre la fuente y el arroyo.
Nota: Datos tomados de: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.
LA LAGUNA SECA

¿Y cuándo se secaba la Laguna? No faltaban años secos en que resultaba imposible lavar y era necesario hacerlo. Entonces, con un carro se cargaba la ropa que no era poca para aprovechar el viaje y se iba a la ría (el canal) de Requena y alguna vez a Cabañas.

Nota: Datos tomados de: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.
POZUELO

Los que vivían cerca de Pozonuevo, solían acudir allí, pero aun tratándose de un pozo tan bueno y abundante, la mayoría acudía a la Laguna o a Pozocuende.
LA IGLESIA PARROQUIAL

Si nos fuera posible elegir entre la actual y la que había en 1580, no sólo nos quedaríamos con la actual sin lugar a dudas, sino que nos quedaríamos un tanto decepcionados de la antigua.
Ambas se alzaban en el mismo emplazamiento de la actualidad, pero mientras que de la torre se decía: “que se quería caer”, hasta el punto que hubo que derrocarla y rehacerla desde los mismos cimientos, y ese mismo año para terminar en el siguiente.
De la Iglesia podemos decir que, además ... (ver texto completo)
EL RELOJ DE LA TORRE

Hemos oído tocar muchas veces su campana y conocemos la mecánica de su funcionamiento. Sin embargo con ser antiguo, no es ni mucho menos el mismo que se colocó por primera vez en 1578 y que tantos problemas presentaba al principio, hasta que se consiguió regular de forma pasajera.
Su artífice fue el relojero de Palencia, Mancio Ruiz, quien cobró por su trabajo 32.600 maravedíes de los que el Concejo pagó 7.000 y algunos vecinos ayudaron con 4 cargas de trigo y un cuarto, ... (ver texto completo)
LA CAJONERÍA DE LA SACRISTÍA

La hizo en 1775el maestro retablista Manuel Caicedo, por 3.300 reales más 670 del valor de los tablones y machones de nogal empleados en su construcción y otros 499 valor de las tablas y cuartones empleados para armazón y hechura de los cajones y para entarimar el suelo de la sacristía. La mano de obra de este entarimado importó 197 reales.
Consultar: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.
EL ACTUAL RETABLO MAYOR

A mediados del s. XVIII, el pueblo de Marcilla tenía muchas ganas de “poner a su Iglesia con lucimiento”, ¡vaya si lo consiguió!. Primero las bóvedas de las naves colaterales, seis años después el órgano, a continuación nada menos que 4 retablos vistosos y bien dorados y luego la cajonería de la sacristía.
En 1762 llamó mucho la atención el grandioso retablo mayor que acababa de hacer el maestro arquitecto de Palencia: Francisco Tejedor, aunque faltaban 8 años todavía ... (ver texto completo)