Puerta del Obispo o de
Santa María (siglos XV-XVI), se comenzó en tiempos del obispo Hurtado de Mendoza; su decoración es algo más tardía, en tiempos del obispo fray Antonio de
Burgos, y se terminó con Rodríguez de Fonseca. Consiste en un
arco de medio punto rebajado, con cinco arquivoltas en forma de arco apuntado, y un guardapolvo muy decorado; las arquivoltas aparecen adornadas con motivos vegetales e historiados, y se apoyan en
columnas, coronadas por apóstoles esculpidos en el siglo XVII; en el centro de la
portada encontramos una bella imagen de la
Virgen María,
gótica, rodeada por dos
vidrieras en forma de
flor; el tímpano se enriquece con un conjunto de finos relieves con formas agrutescadas de sabor renacentista.