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MANTINOS: FIN DE TEMPORADA....

FIN DE TEMPORADA.

El mes de Noviembre llegaba a su fin y de una vez por todas se habían terminado los trabajos duros desde que dieran comienzo en el mes de Marzo.
El invierno ya estaba encima y por entonces era bastante frío, pero no importaba, pues de una forma u otra aunque no existían las calefacciones, ya se habían preparado en debida forma, para que entre la lumbre de debajo de leña y la de arriba de carbón, era bastante llevadero en las cocinas. Lo malo era cuando salías de ellas…
Una vez más tengo que comentar lo frías que estaban las sabanas a la hora de meterse en la cama; gracias a aquellas mantas de Palencia tan estupendas; que se hacían con la lana de las ovejas que directamente llevaban a la fábrica.
Y luego con el ladrillo caliente y el calor que daban aquellos colchones de lana, enseguida se entraba en calor.
Recuerdo que por la mañana cuando nos levantábamos, íbamos corriendo a la cocina que ya estaba calentita…
A pesar de todo, creo que los meses del invierno eran los más tranquilos y bonitos.
Todos se dedicaban a cosas tan distintas…y siempre en familia y alrededor de la lumbre. Las mujeres y niñas cosiendo, tejiendo, bordando o haciendo mil cosas que a lo largo del año por tenerse que dedicar al campo, no las era posible.
Y en las tertulias de las noches como no existía ni tele ni radio, solían aprovechar para ir desgranando las alubias, los garbanzos y demás.
A primeros de Diciembre, ya empezaban las matanzas de los cerdos y eso si que era todo un acontecimiento.
Las familias se juntaban para la faena y al mismo tiempo, se hacia la pica tuesta que consistía en cenar todos juntos esa noche y luego al día siguiente la comida con el estazado del cerdo y la elaboración de las morcillas.
Yo recuerdo que los pequeños de la casa, nos lo pasábamos en grande; por que para nosotros era algo muy especial.
No así para las mujeres, que a la hora de lavar la s tripas, tenían que hacerlo en la presa con unos buenos dolores de uñas por el frío que por entonces hacia..
La víspera de la matanza por la noche, ya se empezaba a picar la cebolla para las morcillas y se dejaban las sopas de pan preparadas en aquellos barreños de barro para luego al día siguiente que todo estuviera en su punto.
De lo demás, se encargaban los hombres de la casa que eran los que hacían las tareas más fuertes.
Los días que duraba la matanza, se hacia la catadura de las jijas, morcillas y como no, del magro del cerdo a la hora de estazarlo y picarlo para chorizos.
La sangre y el hígado, se comían encebollados y estaban riquísimos.
Luego a parte de la sangre que se consumía para hacer las morcillas, se dejaba cuajar el resto y se ponía de guarnición con aquellas patatas viudas y arregladas con la manteca recién hecha.
Después de hacer las morcillas, se deshacía la manteca que serviría parta arreglar todo tipo de comidas y en ese proceso, era cuando se asían las cebollas en manteca, que luego se copian con azúcar y que estaban de miedo.
Una vez separado y picado todo el magro para los chorizos, venia la parte del adobo de lomos jamones costillas y espinazos.
Recuerdo que se hacían con bastante ajo, orégano, sal gorda, pimentón y agua (lógicamente todo en proporción).
Al cabo de unos días, se ponía a escurrir; luego y a continuación se colgaba en varales que tenían `preparados en lugares libres de humedades y heladas.
Una vez hechos los chorizos, se colgaban de la misma forma. Durante unos días, les ponían un poco de lumbre para que la tripa fuera pegándose a la carne (y no se empapelaran) y cogieran el sabor del humo de aquella leña de roble que luego les daba aquel sabor tan especial.
Así que junto con las morcillas, era un espectáculo verlo todo junto y colgado, pero siempre vigilantes, por que aquello seria su sustento para todo el año. (y sobre todo en el verano cuando tanto se necesitaba.)
Era muy normal hacer la matanza entre el mes de Diciembre, y luego ya en Febrero; esto dependía de las existencias que en la casa quedaran.
Recuerdo que en las cocinas era muy normal ver los jamones o perniles colgados una vez habían pasado el proceso de curación más delicado.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Yo de pequeña con la matanza, me daba miedo el dia que se mataba el cerdo, recuerdo que el sabado por la mañana cuando empezaban con los preparativos, yo ya me ponia nerviosa, como le mataban en el patio, cuando le oia chillar, me ponia malisima, recuerdo que alguna vez me tuve que ir a casa de Mercedes porque me ponia malisima. Recuerdo que las mujeres trabajaban mucho, pero cuando iban a lavar las tripas y cuando las cosian, se lo pasaban muy bien, hablando de sus cosas y contando historietas y ... (ver texto completo)


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