Soluciones sencillas
A diferencia de las naves 'Apollo', el 'Skylab' fue el primer vehículo espacial parecido a un lugar de habitación normal, concebido para ser ocupado durante largo tiempo por una tripulación de tres personas, por lo que sus diseñadores tuvieron que dar respuesta a necesidades que se habían obviado hasta entonces por falta de espacio. El 'Skylab' tenía un cuarto de baño propiamente dicho y un espacio que hacía las veces de cocina, comedor, gimnasio y dormitorio. Fue necesario desarrollar todo tipo de diseños: desde duchas a mesas y sillas, pasando por un horno microondas, antecedente del que ahora se encuentra en cualquier cocina. Este electrodoméstico fue ideado en 1954 como resultado de las investigaciones dedicadas a la tecnología de radar. Pero los diseñadores de la NASA decidieron mejorarlo para el 'Skylab' y facilitar así que sus habitantes pudieran comer caliente, en vez de estar condenados a deglutir durante semanas los insípidos alimentos deshidratados que se habían usado en misiones más cortas. La larga permanencia en el espacio hace que los músculos de las piernas se atrofien por falta de uso. La solución del 'Skylab' fue una bicicleta aerostática que se convirtió en la inspiración de las que se utilizan hoy en día para practicar el 'spinning' en cualquier gimnasio.
Pero no todos los 'spinoffs' son tecnologías sofisticadas'. De hecho muchos son tan simples que nadie repara en ellos, a pesar del trabajo de investigación que se esconde tras su desarrollo.
Un buen ejemplo de 'diseño espacial' que une la sencillez y la utilidad son las toallitas húmedas. En el espacio la cantidad de agua es muy limitada, pero los astronautas siguen necesitando lavarse como todo el mundo. Las toallitas fueron la solución. Los pañales que absorben la orina y evitan que se dañe la piel de los bebés funcionan gracias a los materiales utilizados en los trajes espaciales para permitir que los astronautas puedan hacer sus necesidades durante los paseos espaciales de larga duración, como los que se realizan para ampliar o reparar la 'Estación Espacial Internacional'.
Durante la última visita del transbordador espacial a la 'ISS' sus tripulantes dedicaron varias salidas a realizar este tipo de arreglos. En una de ellas Heidemarie Stefanyshyn Piper perdió su bolsa de herramientas, entre las que había un taladro inalámbrico como el que cualquier ciudadano de a pie aficionado al bricolage puede tener en casa. Su origen también está en la carrera espacial. La NASA contrató a la firma Black&Decker a principios de los sesenta para que diseñara una serie de herramientas que no requirieran una toma de corriente para su uso. En la Luna no hay enchufes y además en las naves espaciales se evita la presencia de cables flotantes en los que podrían enredarse los astronautas, también flotantes a causa de la ausencia de gravedad. De aquel encargo descienden las herramientas con batería que se encuentran en todas las ferreterías del mundo.
Frío y calor
La cantidad de materiales aislantes que se han inventado o mejorado a partir de las necesidades de la astronáutica es interminable. Las losetas que cubren el vientre de la lanzadera espacial y que la protegen de las altísimas temperaturas que sufre la nave al entrar en la atmósfera terrestre se transforman en protectores ignífugos de los 'cockpits' de los pilotos de carreras, pero también en las nuevas superficies de las sartenes que impiden que los alimentos se peguen.
La edición de 'Spinoff' para el año pasado, editada en octubre, celebra los 50 años de la NASA y destaca 50 nuevas aplicaciones y productos de la tecnología espacial. Entre ellos se incluye una nueva serie de tejidos ignífugos desarrollados a partir de los trajes espaciales, un traje para buzos que trabajan a grandes profundidades preparado para condiciones extremas o de guerra química, suplementos nutricionales creados a partir de algas, tecnología robótica para operaciones de rodilla y una cámara automatizada de fotografía panorámica.
A diferencia de las naves 'Apollo', el 'Skylab' fue el primer vehículo espacial parecido a un lugar de habitación normal, concebido para ser ocupado durante largo tiempo por una tripulación de tres personas, por lo que sus diseñadores tuvieron que dar respuesta a necesidades que se habían obviado hasta entonces por falta de espacio. El 'Skylab' tenía un cuarto de baño propiamente dicho y un espacio que hacía las veces de cocina, comedor, gimnasio y dormitorio. Fue necesario desarrollar todo tipo de diseños: desde duchas a mesas y sillas, pasando por un horno microondas, antecedente del que ahora se encuentra en cualquier cocina. Este electrodoméstico fue ideado en 1954 como resultado de las investigaciones dedicadas a la tecnología de radar. Pero los diseñadores de la NASA decidieron mejorarlo para el 'Skylab' y facilitar así que sus habitantes pudieran comer caliente, en vez de estar condenados a deglutir durante semanas los insípidos alimentos deshidratados que se habían usado en misiones más cortas. La larga permanencia en el espacio hace que los músculos de las piernas se atrofien por falta de uso. La solución del 'Skylab' fue una bicicleta aerostática que se convirtió en la inspiración de las que se utilizan hoy en día para practicar el 'spinning' en cualquier gimnasio.
Pero no todos los 'spinoffs' son tecnologías sofisticadas'. De hecho muchos son tan simples que nadie repara en ellos, a pesar del trabajo de investigación que se esconde tras su desarrollo.
Un buen ejemplo de 'diseño espacial' que une la sencillez y la utilidad son las toallitas húmedas. En el espacio la cantidad de agua es muy limitada, pero los astronautas siguen necesitando lavarse como todo el mundo. Las toallitas fueron la solución. Los pañales que absorben la orina y evitan que se dañe la piel de los bebés funcionan gracias a los materiales utilizados en los trajes espaciales para permitir que los astronautas puedan hacer sus necesidades durante los paseos espaciales de larga duración, como los que se realizan para ampliar o reparar la 'Estación Espacial Internacional'.
Durante la última visita del transbordador espacial a la 'ISS' sus tripulantes dedicaron varias salidas a realizar este tipo de arreglos. En una de ellas Heidemarie Stefanyshyn Piper perdió su bolsa de herramientas, entre las que había un taladro inalámbrico como el que cualquier ciudadano de a pie aficionado al bricolage puede tener en casa. Su origen también está en la carrera espacial. La NASA contrató a la firma Black&Decker a principios de los sesenta para que diseñara una serie de herramientas que no requirieran una toma de corriente para su uso. En la Luna no hay enchufes y además en las naves espaciales se evita la presencia de cables flotantes en los que podrían enredarse los astronautas, también flotantes a causa de la ausencia de gravedad. De aquel encargo descienden las herramientas con batería que se encuentran en todas las ferreterías del mundo.
Frío y calor
La cantidad de materiales aislantes que se han inventado o mejorado a partir de las necesidades de la astronáutica es interminable. Las losetas que cubren el vientre de la lanzadera espacial y que la protegen de las altísimas temperaturas que sufre la nave al entrar en la atmósfera terrestre se transforman en protectores ignífugos de los 'cockpits' de los pilotos de carreras, pero también en las nuevas superficies de las sartenes que impiden que los alimentos se peguen.
La edición de 'Spinoff' para el año pasado, editada en octubre, celebra los 50 años de la NASA y destaca 50 nuevas aplicaciones y productos de la tecnología espacial. Entre ellos se incluye una nueva serie de tejidos ignífugos desarrollados a partir de los trajes espaciales, un traje para buzos que trabajan a grandes profundidades preparado para condiciones extremas o de guerra química, suplementos nutricionales creados a partir de algas, tecnología robótica para operaciones de rodilla y una cámara automatizada de fotografía panorámica.