El
claustro que contiene este
monasterio femenino cisterciense palentino es de los más bonitos que he visto y eso, que como amante del
arte he visto muchos. Es una pena que la monja que lo enseña, previo pago de la entrada(cosa que me parece muy bien)no deje sacar
fotos, algo que facilitaría su divulgación y ansias de conocerlo. Soy estudiante de
Historia del Arte y creo que para amar una cosa hay que conocerla.