En el pasado era el núcleo del
Barrio de Arriba y su actividad estaba dedicada a la
ganadería y una
agricultura menor. Los tiempos cambian y las
familias que de siempre se dedicaron a esos menesteres se han reducido mucho. Pero aún conservan su patrón,
San Isidro, y su folklore propio.
Es una
calle amplia precisamente adecuada a sus necesidades y hoy la veo repleta de
nieve.