EL COLOR Y LA COMIDA
El plato que constrasta más con el color de
la comida puede ayudarnos a comer menos.
La influencia es parte de una ilusión optica,
conocida como de Delboeuf en honor a su
descubridor, Joseph Delboeuf en 1865.
El científico belga encontró que cuando se
miran dos circulos idénticos, las vistas son
diferentes dependiendo del tamaño del cir-
culo que los rodea. Se relaciona este efecto
con los platos y tazones que usamos al comer.
Usar un plato grande hace que parezca más
pequeña la ración de comida. Y un plato
más pequeño, que parezca más cantidad. Es
decir, el plato grande favorece que comamos
más y el pequeño que comamos menos.
En cuanto al color, el plato que contrasta
más con el color de la comida puede ayudar-
nos a comer menos. En cambio, si el plato es
del mismo tono que los alimentos, la ilusión
óptica nos hace creer que comemos menos.
El color de la mesa y el mantel también in-
fluye. El color rojo estimula inconscientemente
el apetito. Al percibir el rojo, el cuerpo eleva
la presión arterial y con ello la frecuencia car-
diaca, que generan ganas de comer. El color
azul produce el efecto opuesto: reduce la pre-
sión arterial y elpulso. Es el color que menos
despierta nuestro apetito, porque da calma y
no se asocia con la comida.
El plato que constrasta más con el color de
la comida puede ayudarnos a comer menos.
La influencia es parte de una ilusión optica,
conocida como de Delboeuf en honor a su
descubridor, Joseph Delboeuf en 1865.
El científico belga encontró que cuando se
miran dos circulos idénticos, las vistas son
diferentes dependiendo del tamaño del cir-
culo que los rodea. Se relaciona este efecto
con los platos y tazones que usamos al comer.
Usar un plato grande hace que parezca más
pequeña la ración de comida. Y un plato
más pequeño, que parezca más cantidad. Es
decir, el plato grande favorece que comamos
más y el pequeño que comamos menos.
En cuanto al color, el plato que contrasta
más con el color de la comida puede ayudar-
nos a comer menos. En cambio, si el plato es
del mismo tono que los alimentos, la ilusión
óptica nos hace creer que comemos menos.
El color de la mesa y el mantel también in-
fluye. El color rojo estimula inconscientemente
el apetito. Al percibir el rojo, el cuerpo eleva
la presión arterial y con ello la frecuencia car-
diaca, que generan ganas de comer. El color
azul produce el efecto opuesto: reduce la pre-
sión arterial y elpulso. Es el color que menos
despierta nuestro apetito, porque da calma y
no se asocia con la comida.
