las casas y las casetas, CANTORAL

(29 de Junio de 2014)
Había algo inefablemente terrestre en aquel
sonido: por primera vez en muchos meses,
llego a mis oidos el bramido del viento en
toda su enormidad.
Llorando arrodillada, la historia me cantaba,
del Gólgota tremendo cuando Jesús murió.