espinos y arboles en las tierras, CANTORAL

(15 de Marzo de 2014)
Ella, la guerra, era la que
había de aportarnos aquello,
las cosas, grandes, fuertes,
esplendidas. La guerra parecía
un lance viril, un alegre
concurso de tiro celebrado
sobre floridas praderas en
que la sangre era el rocio.
Ni bebas sin ver,
ni firmes sin leer.


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