la mesa bien surtida, CANTORAL

(11 de Octubre de 2010)
Alzando el lanzón, que nunca le dejaba de las manos,
le iba a descargar tal golpe sobre la cabeza que, a
no desviarse el cuadrillero se le dejara allí tendido.
El lanzón se hizo trozos en el suelo.
MIGUEL DE CERVANTES.