Por entonces los taxis se llamaban cocodrilos,
porque en los costados tenían una greca de tri-
ángulos ivertidos que los hacían parecer la
mandíbula de tan noble como incomprendido
animal. Ni un cocodrilo se detenía en la no-
che de luces en que nos hundíamos tratando de
subir a uno.
ÁNGELES MASTRETTA
porque en los costados tenían una greca de tri-
ángulos ivertidos que los hacían parecer la
mandíbula de tan noble como incomprendido
animal. Ni un cocodrilo se detenía en la no-
che de luces en que nos hundíamos tratando de
subir a uno.
ÁNGELES MASTRETTA