Jesús es un enamorado de la
naturaleza,
especialmente de las plantas. Sus ojos
pueden ver en ellas el poder de Dios, su
sabiduría y su paciencia.
El evangelio nos acerca a uno de sus temas
más queridos, la vida vegetal, las plantas,
la semilla, el crecimiento. El hombre duerme
y la semilla sigue germinando, desde dentro
hacia fuera, en silencio, de día y de
noche,
por la acción de Dios. Una semilla parece
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