Efectivamente se lió parda...
Yo fuí el 'gracioso' que, a bordo de la media piragua, empecé a remar desde los chorros, para llegar hasta la meta unos momentos antes de que llegaran los primeros participantes.
A medida de que me iba acercando al puente de las monjas oía cómo, por los altavoces, la voz del comentarista gritaba que se iba a batir el record del descenso pues ya se veía aparecer al primer clasificado.
Unos segundos más tarde, al darse cuenta que iba yo sólo en la piragua, gritó que era la primera vez que un K-1 iba a ganar la prueba.
Al acercarme más, y darse cuenta que faltaba la parte trasera de la embarcación, aulló, aún más fuerte, que estaban asistiendo a una proeza pues el vencedor lo iba a ser con sólo media piragua porque había debido de romper la embarcación y dejar probablemente a su compañero en la última presa.
Sólo cuando crucé por debajo del puente se dió cuenta de que yo no era un participante, que era sólo un bromista sin dorsal, y que los verdaderos participantes asomaban ya por la última curva del río.
Los cohetes ya se habían disparado. Los del NO-DO ya habían rodado su película. No hubo más remedio que pedir a los vencedores que repitieran la llegada para poder filmarles.
... y la Guardia Civil empeñada en llevarme al cuartelillo.
Menos mal que el 'alcalde honorario' del Soto, el Sr. Domingo, medió en mi favor y me salvó de pasar una noche con los del tricornio.
Por cierto, el Sr. Domingo, mi tío, también estaba acampado en el Soto con su familia y no sabía nada de la gamberrada que prepararíamos, pero colaboró especialmente en la puesta en funcionamiento de 'La Gran M', como bautizamos a la media piragua, a base de sellar con plásticos, cuerdas y alambres la parte rota de la nave.
¡Qué verano tan bonito!
Por cierto, Alarido, no sé quién eres.
Un saludo.
Yo fuí el 'gracioso' que, a bordo de la media piragua, empecé a remar desde los chorros, para llegar hasta la meta unos momentos antes de que llegaran los primeros participantes.
A medida de que me iba acercando al puente de las monjas oía cómo, por los altavoces, la voz del comentarista gritaba que se iba a batir el record del descenso pues ya se veía aparecer al primer clasificado.
Unos segundos más tarde, al darse cuenta que iba yo sólo en la piragua, gritó que era la primera vez que un K-1 iba a ganar la prueba.
Al acercarme más, y darse cuenta que faltaba la parte trasera de la embarcación, aulló, aún más fuerte, que estaban asistiendo a una proeza pues el vencedor lo iba a ser con sólo media piragua porque había debido de romper la embarcación y dejar probablemente a su compañero en la última presa.
Sólo cuando crucé por debajo del puente se dió cuenta de que yo no era un participante, que era sólo un bromista sin dorsal, y que los verdaderos participantes asomaban ya por la última curva del río.
Los cohetes ya se habían disparado. Los del NO-DO ya habían rodado su película. No hubo más remedio que pedir a los vencedores que repitieran la llegada para poder filmarles.
... y la Guardia Civil empeñada en llevarme al cuartelillo.
Menos mal que el 'alcalde honorario' del Soto, el Sr. Domingo, medió en mi favor y me salvó de pasar una noche con los del tricornio.
Por cierto, el Sr. Domingo, mi tío, también estaba acampado en el Soto con su familia y no sabía nada de la gamberrada que prepararíamos, pero colaboró especialmente en la puesta en funcionamiento de 'La Gran M', como bautizamos a la media piragua, a base de sellar con plásticos, cuerdas y alambres la parte rota de la nave.
¡Qué verano tan bonito!
Por cierto, Alarido, no sé quién eres.
Un saludo.
