¡Salve Virgen de Yecla!
Dios te salve, María... Hoy es tu día, nuestra querida Virgen. Hoy el pueblo crece, se crece, se completa entorno a ti...vecinos, veraneantes con raíces paternas, habitantes de pueblos próximos, curiosos, labradores, ganaderos, estudiantes... Todos tan diferentes y tan semejantes... Hoy todos, los que lo afirmamos y los que lo guardan para sí... Hoy TODOS dirigimos nuestra mirada HACIA TI (como habla la canción...).
¿Qué por qué? Por el amor que nos das en forma del calor de esas pequeñas cosas...; por tu compañía en el camino, porque cuando creemos que es imposible continuar, nos ofreces con fuerza tu mano; por tu entrega, por anteponer los demás a ti misma; por tu Hijo; por tu Dios que es el Nuestro; por Ti; por nosotros que queremos aprender de ti; por los demás, para pedirte perdón por todas las ocasiones en que los fallamos (¡Lo siento, de corazón!); por los que un día estuvieron y ahora conviven con vosotros a diario, porque a ellos debemos nuestra ferviente devoción; por la sensación de paz, alegría y felicidad que inspira tu presencia; porque estuviste, ESTáS y estarás, por los siglos de los siglos, a pesar de todo, dándonos una nueva lección de humildad...
Por todo ello y por todo lo demás, GRACIAS, MUCHíSIMAS GRACIAS.
Y a pesar de que, cerca o lejos, tu amor nos hace tenerte SIEMPRE presente... ¡Danos Madre salud y fuerza para encontrarnos pronto, TODOS, de nuevo, entorno a ti!
Dios te salve, María... Hoy es tu día, nuestra querida Virgen. Hoy el pueblo crece, se crece, se completa entorno a ti...vecinos, veraneantes con raíces paternas, habitantes de pueblos próximos, curiosos, labradores, ganaderos, estudiantes... Todos tan diferentes y tan semejantes... Hoy todos, los que lo afirmamos y los que lo guardan para sí... Hoy TODOS dirigimos nuestra mirada HACIA TI (como habla la canción...).
¿Qué por qué? Por el amor que nos das en forma del calor de esas pequeñas cosas...; por tu compañía en el camino, porque cuando creemos que es imposible continuar, nos ofreces con fuerza tu mano; por tu entrega, por anteponer los demás a ti misma; por tu Hijo; por tu Dios que es el Nuestro; por Ti; por nosotros que queremos aprender de ti; por los demás, para pedirte perdón por todas las ocasiones en que los fallamos (¡Lo siento, de corazón!); por los que un día estuvieron y ahora conviven con vosotros a diario, porque a ellos debemos nuestra ferviente devoción; por la sensación de paz, alegría y felicidad que inspira tu presencia; porque estuviste, ESTáS y estarás, por los siglos de los siglos, a pesar de todo, dándonos una nueva lección de humildad...
Por todo ello y por todo lo demás, GRACIAS, MUCHíSIMAS GRACIAS.
Y a pesar de que, cerca o lejos, tu amor nos hace tenerte SIEMPRE presente... ¡Danos Madre salud y fuerza para encontrarnos pronto, TODOS, de nuevo, entorno a ti!