Tino, aquí en Valladolid sólo nos llega el frio de los alrededores, yo me acuerdo mucho de las nevadas de Villaseca, allí en los Cuarteles Viejos ¡que chupiteles había en los tejados!, saliamos del portal con ciudadín para que no nos cayera ninguno, ¡Que años más felices!. Un beso.
Los peores recuerdos los tengo por los madrugones que nos pegabamos para ir a clase y con la nieve por la cintura abriendo camino. Si no recuerdo mal las clases empezaban, en las esculas del campo, a las 7 u ocho de la mañana. mucho sacrificio para gente tan joven y cuerpos tan delicados y tiernos (como ahora).
