Uno de los acontecimientos mas llamativos que recuerdo del
pueblo era el paso de los rebaños de
ovejas en la trashumancia hacia las
montañas de Babia y Omaña. Todas las primaveras había un enorme trasiego de animales por el pueblo, algunos se quedaban en la zona y otros cruzaban el collado hacia Babia.
En cuanto oíamos el cencerreo inconfundible, todos los niños nos apiñábamos en la orilla del
camino para verlas pasar. Qué espectáculo. Miles de animales caminando acompasados y en perfecto orden
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