HUNDIDO EN LA NIÑEZ Y EN LA TIERRA
- Un recuerdo a mi aldea y a mis gentes -
………………
A mi que se me ha quedado
el mundo entre los dedos,
que de tanto caminar no crió moho,
me brotan los recuerdos cada día
de un tiempo que fue duro y que fue hermoso.
A mi que estoy volviendo poco a poco,
hundido en la niñez que canto tanto,
los verdes se me mezclan de colores
y el trébol se me llena de amarantos.
“ ¡Que suerte he tenido de nacer
para cantarle a la gente y a la rosa,
y al perro y al amor y a cualquier cosa
que pueda el sentido recoger!”
¡Que suerte he tenido de nacer y que el tiempo
se detuviera en mi infancia y en mis gentes,
que los lugares que corrí después,
las personas y los amores,
no han sido en mi vida más que puentes!
El tiempo se detuvo en mi niñez
y soy el niño que contaba las estrellas,
perdido entre las sombras y los hayales,
y que los ecos y la brisa le marcaron las cadencias.
¡Que suerte he tenido de nacer en esa tierra hecha por Dios
para que un hombre la recuerde con cariño,
y se sienta tan feliz de tener algo que le hace tan dichoso,
que de su aldea hace todo un mundo!
Sus prados y sus vacas,
los caminos que corriste cuando niño,
y los arándanos que eran como bolas de colores
y que una a una vas sacando del bolsillo.
Mis raíces, los que viven, los que se han ido
y que siempre están presentes en mis viajes,
en mis versos por el mundo esparcidos,
¡Que suerte he tenido de nacer en esa sierra y esa aldea,
entre esas gentes que hay en mi tierra!
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Manuel de Viegu
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