VEGA DE GORDON: Bueno yo diría mucho mas: ¡Que levante la mano el que...

Bueno yo diría mucho mas: ¡Que levante la mano el que no las tenga llenas de ciruelas, manzanas, peras,...! Me acuerdo sobre todo de aquel ciruelo de allí, justico allí, al otro lado de la tapia, al ladico de la fuente: ¡qué sabor tenían las tan codiciadas!; además me acuerdo que nos encantaban por tres motivos: el primero porque las "azañas" (yo era chico de capi y no estaba acostumbrado a correr estos "grandes riesgos") en camadería se sienten mas grandes; el segundo porque no habrá tales sabrosos manjares como ellas en una cálida noche de verano degustadas en tan buena compañía sobre la roca de La Fuente; y el tercero porque, una vez llegado el diente al hueso, éste servía como el mejor proyectil disparado certéramente contra cualquier elemento que se atreviese a mover entre las penumbras. Como hace tanto que no voy por Vega (muy a mi pesar) me pregunto si todavía estará allí aquel querido ciruelo.