Vaya, 48 años, si que son años, si, en fin, lo bueno de tener
amigos tan mayores es que te cuentan historias que pasaban en sus tiempos, vamos, como los abuelitos con sus nietos, y son tan enternecedores y te cuentan cosas de cuando podian
comer y beber cualquier cosa y de cuando iban a sahagún al
baile y ves que se les cae las lagrimas recordando aquellos viejos tiempos, en fin, a ver si los demás podemos llegar tan lejos como ellos que se les ve que su ilusión es llegar al centenario, que lo tienen
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