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SANTA CRISTINA DE VALMADRIGAL: Gracias Felicidad, te nombraré presidenta de mi club...

Gracias Rogelio, eres un pintor extraordinario. Me encanta tu forma de expresarte, tan real y tan viva que puedo imaginar donde te encuentras. Mientras leo tu relato, hago lo mismo yo paseado por San Justo de los Oteros, o cuando cruzaba Gusendos y San Pedro y Santa María y veía con tristeza aquellas tapias caídas y tejados hundidos, y como en un sueño regresaban sus antiguos habitantes y llenaban de vida esos lugares que como dices las madres lograban hacer de unos habitáculos gélidos, cálidos refugios, dulces hogares donde el calor humano abrigaba el alma en un ambiente desolado. Cómo pinchas ese globo de la aparienica prepotente y fatua, de quienes intencionadamente se desclasan o pierden su identidad, porque se han desarraigado y arrancado de su origen humilge pero grande, noble y bueno, del que han salido mujeres y hombres con talento, que parece haberlo perdido entre la nebulosa que les envuelve y despersonaliza sin que se den cuenta, porque nosotr@s sí sabemos quienes son. Te dejo hasta nuevos relatos. Estas niñas y niños de la fto son quintos míos.
Saludos cordiales.

Gracias Felicidad, te nombraré presidenta de mi club de fans "cuando lo tenga" o pelota mayor, bueno eso, no, que las pelotas son redondas y se van solas. ¡Cuantas lisonjas, dísome usted!
Esta foto es un precioso recordatorio de buenos momentos, pero te confesaré un secreto, no puedo mirarla porque me entristezco de mala manera, unos ya no están, otros no quieren recordar, otros ni siquiera pueden, otros han desaparecido, como Manuel Cueto del que nunca más supe, y todos esparcidos por el mundo; puedes encontrarlos desde la punta más alta de Noruega hasta las islas más al sur de las Canarias, y aunque casi todos sé que se pasean de tanto en tanto por esta página sin dejar constancia de ello, yo, sigo esperándoles en este punto de encuentro y contándoles historias que quizá ellos también hayan vivido. Sigo creyendo que el pueblo es fuente de vida cuando llegan momentos de soledad en el alma, y que un día se harán presentes.
Adiós, portadora de sonrisas.