En Folloso, era una cruz de madera hecha de una sola pieza (creo recordar) y bastante grande que circulaba de casa en casa. Cuando un pobre llegaba al pueblo preguntaba por "el palo de los pobres", se acercaba a la casa que tenía el palo, recogía la cruz de madera y la entregaba a la casa siguiente donde le darían cena y cama, normalmente en el pajar. El palo se quedaba en esa casa hasta que apareciera otro pobre y la operación se repetía. En mi niñez venían por Folloso un hombre joven, creo que se llamaba Pepe, con un diente de oro y mirada un poco perdida que a mi me daba un poco de miedo, pero por otra parte me hacía reír con sus gestos y dichos y una señora mayor cuyo nombre no recuerdo, pero que me resultaba muy agradable. Era un personaje de cuento. La recuerdo con todas sus pertenencias a la espalda que suponía una carga bastante voluminosa y pesada. También la recuerdo, al reguardo de alguna pared, "filando con su "fuso" y su rueca y al mismo tiempo explicándomeme algún cuento que escuchaba enbelesado.