Tres hijas se reparten la herencia de su madre que está formada por 35 vacas, y en el testamento la madre dejó escrito que la mayor se quedara con la mitad de la herencia, la mediana con la tercera parte y la mas pequeña con la novena parte
Como las divisiones no eran exactas, las niñas no se ponían de acuerdo, por lo que decidieron consultar con un viejo matemático que les propuso lo siguiente:
“Puesto que 35 vacas no se pueden dividir exactamente por la mitad, ni por la tercera parte ni por la novena, yo os regalo la mía, ahora tenéis 36 vacas por lo que los tres saldréis ganando. Tu por ser la mayor te llevaras la mitad de 36, es decir 18 vacas. Tu por ser la mediana la tercera parte, 12 vacas. Y tu por ser la pequeña según los deseos de tu madre, la novena parte, 4 vacas.
Ahora ya tenéis las tres vuestra herencia, y como 18+12+4=34 ahora sobran dos vacas, por lo que yo recupero la mía y me quedo también con la otra por resolver vuestro problema.”
¿Cómo es esto posible?
Como las divisiones no eran exactas, las niñas no se ponían de acuerdo, por lo que decidieron consultar con un viejo matemático que les propuso lo siguiente:
“Puesto que 35 vacas no se pueden dividir exactamente por la mitad, ni por la tercera parte ni por la novena, yo os regalo la mía, ahora tenéis 36 vacas por lo que los tres saldréis ganando. Tu por ser la mayor te llevaras la mitad de 36, es decir 18 vacas. Tu por ser la mediana la tercera parte, 12 vacas. Y tu por ser la pequeña según los deseos de tu madre, la novena parte, 4 vacas.
Ahora ya tenéis las tres vuestra herencia, y como 18+12+4=34 ahora sobran dos vacas, por lo que yo recupero la mía y me quedo también con la otra por resolver vuestro problema.”
¿Cómo es esto posible?