El día 25 de marzo llegan a Madrid. El ministro de Industria, Claudio Aranzadi no los recibe. Sabor agridulce para el final de esta marcha. Pero consiguen el compromiso de la empresa de reconsiderar el mantenimiento del empleo, la continuidad del pozo María y el sostenimiento del nivel de producción. Aunque solo fuera por unos años.
Al día siguiente llegan de nuevo a casa. Lo primero: los mineros encerrados en el Pozo Calderón. A las 6 de la tarde del 26 de marzo, con gafas de sol y una tupida barba salen después de 50 días encerrados.
El día dos de abril los 2660 trabajadores vuelven al trabajo. Pero no es un día de trabajo cualquiera. Aún pesa el orgullo de haber luchado por lo que era suyo, de haberlo conseguido. Las imágenes de su hazaña pasarán a la historia.
Al día siguiente llegan de nuevo a casa. Lo primero: los mineros encerrados en el Pozo Calderón. A las 6 de la tarde del 26 de marzo, con gafas de sol y una tupida barba salen después de 50 días encerrados.
El día dos de abril los 2660 trabajadores vuelven al trabajo. Pero no es un día de trabajo cualquiera. Aún pesa el orgullo de haber luchado por lo que era suyo, de haberlo conseguido. Las imágenes de su hazaña pasarán a la historia.