En un zoológico tenían una pareja de gorilas. Lamentablemente el macho murió y la hembra entró en brama. No sabían que hacer, hasta que un empleado dijo que tenía un amigo negro que era muy pijudo y que podría saciar el apetito de la gorila. Hablaron con el negro y le dijeron que no tenía por qué preocuparse, que el animal estaría atado de pies y manor, que tendría un bozal y además tendrían preparados rifles con dardos tranquilizantes.
El negro accedió y comenzó con la faena. ¡Pum! ¡Pum! y en eso la gorila rompe una cuerda con el brazo izquierdo y le ensarta las uñas en la espalda. Lo mismo pasó con el brazo derecho y las piernas.
Todos asustados le gritan al valiente:
" ¿Le disparamos?"
A lo que contesta:
" ¡No! ¡Quítenle el bozal porque la quiero besar!"
El negro accedió y comenzó con la faena. ¡Pum! ¡Pum! y en eso la gorila rompe una cuerda con el brazo izquierdo y le ensarta las uñas en la espalda. Lo mismo pasó con el brazo derecho y las piernas.
Todos asustados le gritan al valiente:
" ¿Le disparamos?"
A lo que contesta:
" ¡No! ¡Quítenle el bozal porque la quiero besar!"