Los arañazos del gato
Hola, somos Daniel, Maricela, y Queta y esta leyenda nos la contaron nuestros abuelos. Esta leyenda sucedió en Aguascalientes, México.
Había una vez un niño (no sabemos el nombre) que un día en la noche escuchaba rasguños en la azotea y le fue a contar a sus padres pero no le creyeron. Y se fue a dormir. Volvió a escuchar los rasguños de nuevo, le contó a sus padres y no le creyeron. Y se fue a dormir. Volvió a escuchar esos rasguños y se asomó a la azotea.
Era un gato negro con los ojos rojos. Se le aventó al niño. Lo arañó todo. Al día siguiente lo llamaron para la escuela. No bajó. La mamá se fue asomar y lo encontró todo arañado y muerto.
Cada aniversario de su muerte se escuchan sus gritos.
Hola, somos Daniel, Maricela, y Queta y esta leyenda nos la contaron nuestros abuelos. Esta leyenda sucedió en Aguascalientes, México.
Había una vez un niño (no sabemos el nombre) que un día en la noche escuchaba rasguños en la azotea y le fue a contar a sus padres pero no le creyeron. Y se fue a dormir. Volvió a escuchar los rasguños de nuevo, le contó a sus padres y no le creyeron. Y se fue a dormir. Volvió a escuchar esos rasguños y se asomó a la azotea.
Era un gato negro con los ojos rojos. Se le aventó al niño. Lo arañó todo. Al día siguiente lo llamaron para la escuela. No bajó. La mamá se fue asomar y lo encontró todo arañado y muerto.
Cada aniversario de su muerte se escuchan sus gritos.