Los Cilleros que aportillan el nombre de Peñalba, y que venían a formar una especie de Gobernación, de presumibles competencias administratívas, extendida hacia otros pueblos de Babia y de Omaña, tenía a su cargo la guarda de los granos y de los frutos provinientes de los diezmos, para dar cuenta de ellos y entregarlos a los partícipes. La Cilla era la renta decimal y la casa donde se guardaban los frutos. Y el Cillazgo, el derecho que pagaban los partícipes en los diezmos para que los granos y los frutos estuviesen bien recigídos y custodiados.
Tu si que sabes, buenas tardes.