Los montes de elevadas cumbres cuya cúspide de referencia es el TELENO
(2.188 metros de altitud, con su mítica cima venerada como morada del dios de los astures Mars Tileno) no han impedido que estas tierras hayan sido a lo largo de la historia, ruta y camino para todos aquellos pueblos que intentaron dominarlas o recorrerlas. Desde los romanos que llegaron a nuestras tierras en busca de oro y quebraron las laderas de las montañas abriendo canales para transportar agua con la que extraer el dorado metal de las entrañas de la tierra, hasta los peregrinos jacobeos que a partir de la Edad Media han traído desde todos los rincones de Europa y allende los mares elementos de su cultura dejando huella en los pueblos que crecían a su paso, o los arrieros que aprendieron a vivir en los caminos trayendo nuestras carencias y llevando nuestros productos o los pastores trashumantes que cada año conducían sus rebaños desde las tierras extremeñas a los verdes puertos de la montaña leonesa.
(2.188 metros de altitud, con su mítica cima venerada como morada del dios de los astures Mars Tileno) no han impedido que estas tierras hayan sido a lo largo de la historia, ruta y camino para todos aquellos pueblos que intentaron dominarlas o recorrerlas. Desde los romanos que llegaron a nuestras tierras en busca de oro y quebraron las laderas de las montañas abriendo canales para transportar agua con la que extraer el dorado metal de las entrañas de la tierra, hasta los peregrinos jacobeos que a partir de la Edad Media han traído desde todos los rincones de Europa y allende los mares elementos de su cultura dejando huella en los pueblos que crecían a su paso, o los arrieros que aprendieron a vivir en los caminos trayendo nuestras carencias y llevando nuestros productos o los pastores trashumantes que cada año conducían sus rebaños desde las tierras extremeñas a los verdes puertos de la montaña leonesa.
