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POLVOREDO: La inmensa mayoría de los habitantes de Polvoredo se...

La inmensa mayoría de los habitantes de Polvoredo se siente orgullosa de que haya una asociación cultural con bastantes años de vida a sus espaldas, con socios que se cuentan por centenares y con semanas culturales que han sido y continúan siendo, espero, la envidia de la comarca.

Crear una hermosa realidad como la Asociación Cultural Carcedo, hacerla crecer, mantenerla en pie y que sea aglutinadora de la actividad de los hijos del pueblo, grandes y mayores durante, por lo menos, una semana cada verano, requiere que, a lo largo del año, muchas personas –por lo menos la Junta Directiva- se ocupe de programar y ver lo que se puede hacer el año siguiente.

Todo eso lo he dado por descontado desde hace tiempo. Por eso me preocupé cuando, a la salida de la asamblea de pasado verano, alguien dijo que en esa reunión se había puesto el principio del fin de la asociación. ¿Es que hay alguien interesado en que esta hermosa realidad desaparezca?

Analizando la acalorada, por no aplicar otro adjetivo más fuerte, reunión del verano, recuerdo como notas destacadas: Primero: La afluencia de público. He formado parte de una directiva y he asistido a casi todas las asambleas del verano. Lo normal ha sido la asistencia de quince o veinte personas, treinta como máximo. Este verano había más. En principio es un dato positivo, pero cuando observé cómo se habían colocado los asistentes en el salón y el turno (si se puede hablar de turno) de las intervenciones, algo insólito me llamó la atención. No era una asamblea como el resto de las asambleas. Segundo: A las personas mayores que intervenían las conozco hace tiempo. Se produjeron, cada cual en su estilo, como es habitual en ellas. No conocía tanto a la segunda generación, que me pareció vehemente sobremanera y, tal vez, menos interesada en razonar que en defender a sus mayores. La tercera generación observaba deslumbrada, entre incrédula y sorprendida, tal vez abochornada. Tercero: Me parecieron excesivos los ataques a Julio, un hombre que, con sus virtudes y defectos, como todos, ha sido el sostén más firme de la Asociación. Los hechos lo avalan y él es el mejor abogado de sí mismo en este foro.

En todo caso, la Asociación la formamos la mayoría de los polvoretenses, los que vivimos fuera y los que viven habitualmente en el pueblo. Es representativa de un sentir colectivo que pasa por encima de otras divisiones más pequeñas. Cuando el Ayuntamiento la subvenciona cumple con su obligación, nada más; como cuando subvenciona el fútbol sala de Lario u otras actividades culturales o lúdicas en Vegacerneja o Casasuertes. Presentar ese apoyo como un favor, es demagogia de andar por casa.

Creo que todos tenemos que luchar para que la Asociación no disminuya su empuje, empezando por la directiva, los socios, la Junta Vecinal y el propio Ayuntamiento que está necesitado de que haya asociaciones de este tipo en todos los pueblos. Y si hay tensiones, lo mejor, para resolverlas es darlas a conocer, exponerlas con claridad, sin gritos ni improperios, que los chavales de quince a veinte no vuelvan a salir del salón con el rostro teñido de vergüenza por la actuación de sus mayores. O con una sonrisa de conmiseración en los labios.

Tño2.