PIO: RECUERDOS...

RECUERDOS

Tengo que reconocer que esto de Internet tiene su emoción. Esta semana he tenido una grata sorprea en el foro de Viego, mi pueblo natal, de una amiga de la infancia, Mary Feli. ¡Cuántos recuerdos, de repente!. En Pio nos encontrábamos cada 4 de Agosto para celebrar la fiesta de Santo Domingo. Éste es el pueblo de mi madre del que tengo grandes recuerdos y, por supuesto, todos magníficos. Esta casa, la primera del pueblo, fue la de mis abuelos Pedro y Leoncia. Ahora es de mi prima Anabela. Me alegro de que siga perteneciendo a la familia. Esta casa tiene para mi un gran significado pues en ella pasé días felices de mi infancia y también de mi adolescencia. Recuerdo la ilusión con que esperaba la llegada de la fiesta cada año; allí esta toda la familia reunida en torno a los abuelos que eran el referente y objeto fundamental de esta reunión. Ahora lo son mis tíos, Juan y América, y por eso sigo yendo cada año. Siempre me gustó estar en Pio; disfrutaba escuchando las "historias" de mi abuelo y me encantaban las "patatas con pimientos" de mi abuela... Recuerdo lo bien que lo pasaba con mis primos, los juegos y conversaciones con Jose y Laude (q. e. p. d) que era mis vecinos más cercanos, los paseos por la carretera con la gente de mi edad, las visitas al molino, la merienda de Pascua, las tardes en el labadero y en la fuente de Godín y, cómo no, las juergas con Mary Feli... y algo muy importante: La amabilidad de la gente; gente cariñosa, sencilla, cercana que hizo que sintiera el pueblo como mío. Estos recuerdos y muchos más forman parte de mi historia personal. Esta casita, tan linda, fue como mi segunda casa al igual que la de mis tíos que, por suerte, lo sigue siendo. No voy tanto como desearía pero sí cada vez que puedo. Me gusta Pio y me gusta su gente. Desde estas páginas mi recuerdo cariñoso para este pueblo y un abrazo a su buena gente. Nos veremos en Santo Domingo si Dios quiere.

A PIO

Han pasado muchos años y el eco se hace presente;
¡cuántos recuerdos pasados se mezclan hoy en mi mente!

Eres para mi un jardín entre montañas agrestes,
donde emociones pasadas forman bello ramillete.

Un jardín acogedor que inspira paz y sosiego;
tienes algo que me atrapa y por eso te recuerdo.

Cada vez que voy a verte y llego a la primera casa,
tengo el mismo sentimiento... ¡qué maravillosa infancia!

E. G. G.


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