Viví en Olleros hasta los 18. La vida y las circunstancias me trajeron al Pais Vasco, después de vagar por otras provincias. Estoy a gusto aquí pero en mi cabeza siempre está ese pequeño pueblo. Un pueblo peculiar del que me enorgullezco. Si no me hubiese criado ahí, mi forma de ser no sería la que es, estoy marcado a fuego por el Olleros de mi infancia y adolescencia (años 70-80). Al carachorra que puntúa bajo me gustaría verle viviendo allí y empujando para levantar el pueblo. Reconozco que la ... (ver texto completo)