Ofertas de luz y gas

MANZANEDA DE OMAÑA: Cada año aglomera a más gente. Tiene un "paso" en el...

Cada año aglomera a más gente. Tiene un "paso" en el que está agarrado a una farola con la nariz toda enrojecida y sujetando una botella de orujo. Los "cofrades" van elegantemente vestidos con capa española. Hay "cabezudos" con las caras de los fundadores de este insólito festejo. Se reparte aguardiente en abundancia y se van recitando poesías referentes a las "andanzas" de Genaro por las calles que frecuentaba. Le atropelló el camión de la basura mientras "hacía de cuerpo" al lado de la muralla por la que se engarama un mozo dejándole una corona de laurel, un litro de orujín y unas naranjas. Cuentan que una señora de "mala Reputación" (nunca mejor dicho), viendo a nuestro protagonista con la cara desfigurada por el enorme golpe, se acercóa a él y dulce y primorosamente le tapó su rostro con un periódico. Era pellejero y el pobre infeliz, nació y murió desgraciado.

El único consuelo y alegría que tenía en la vida se lo proporcionaban las "señoritas de dudosa compostura", el aguardiente y las naranjas. El poeta que fraguó y originó este "magno acontecimiento" era un fabricante y asentador de dentaduras postizas, apellidado Pérez Herrero que vivía la lado de donde sorprendió la muerte al Artista en cuestión.

De niño, conocí a este protésico dental. Era bajito y gastaba un sombrerín muy gracioso pero un poco abollado y de alas torcidas por el sudor y la grasilla. Siempre iba trajeado y con corbata, muy desgastados ambos de tanto uso y con los picos del cuello
Para concluir, os puedo decir que "El Funeral" acaba cómo todos los años en un gran revuelo, bronca, confusión y alboroto con escasez de contemplaciones y gran riqueza de sopapos y otras lindezas que es menester callar por temor a herir sensibilidades.

P. D. este relato es de Tavines