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MANZANEDA DE OMAÑA: Veamos ahora qué es lo que realmente escribió don Tito...

Veamos ahora qué es lo que realmente escribió don Tito Livio en relación con Urbicua en su Libro X de la Década IV:

Mientras Fulvio Flaco estaba sitiando una ciudad hispana llamada Urbicua, fue atacado por los celtíberos. Se produjeron encarnizados combates, con graves pérdidas en muertos y heridos entre los romanos. Venció finalmente la tenacidad de Fulvio, a quien no hubo fuerza capaz de alejarlo del asedio. Agotados por tantas batallas, los celtíberos se retiraron y la ciudad, una vez desaparecida la ayuda, fue tomada en pocos días y saqueada. El pretor dio el botín a los soldados. Aparte de esta captura, Fulvio no hizo nada digno de mención, ni tampoco Publio Manlio, más allá de concentrar sus fuerzas dispersas. Ambos retiraron los ejércitos a sus cuarteles de invierno. Estos fueron los hechos de este verano en Hispania. (*)
(*) Consultar la obra de Tito Livio, Ab urbe condita libri:
http://www. thelatinlibrary. com/liv. html

En el tiempo de fray Tirso, los escritos de los clásicos -Pomponio Mela, Tito Livio, Plinio, Suetonio, Tácito...- así como los cronicones medievales, las actas de los primitivos concilios y demás documentos antiguos, no estaban a nuestro alcance inmediato como hoy, a través de internet, debidamente transcritos a lenguajes y tipografías actuales. Y como tampoco existían los medios y técnicas ahora utilizados en historiografía y arqueología, no es extraño que el aficionado fray Tirso considerase la posibilidad de que los vestigios de Urbicua fueran aquellos que él vio en el término municipal de Riello.

La alusión de Tito Livio a la ciudad de Urbicua y a los encarnizados combates que causaron tantos muertos entre los romanos, sirvió a los inventores del engendro del Humus Manium para atribuir a los omañeses una fuerza y resistencia propia de dioses infernales.
¿Pero qué dioses? No importó que los manes fueran pacíficos protectores del hogar. Lo que importó a los creadores de la arraigada tradición fue que manes -manium encajaba bien con la voz Omania.

Tampoco parece haber importado mucho que el asedio y arrasamiento de Urbicua hubiera ocurrido en el 182 antes de Cristo, como dice Tito Livio. Ni que la conquista de Hispania no hubiera rebasado aún el Sistema Ibérico, faltando 500 kilómetros de avance en línea recta y unos 170 años de tiempo para que los romanos llegaran a Omaña.

Avances y fechas de la conquista romana de Hispania, culminada en el 19 aC. (Wikimap)

El Itinerario Antonino, que se cree elaborado en el siglo III, relaciona las rutas principales del Imperio Romano, nombra cada mansio o posada principal a lo largo de todas esas vías y la distancia que media entre ellas. Aunque no es fácil determinar con rotundidad el lugar exacto donde estuvieron muchos de esos albergues, hay unanimidad entre los expertos al trazar la ruta 31 entre La Mancha y Zaragoza y situar Urbicua entre las actuales provincias de Guadalajara, Cuenca y Teruel, quizá en la cuenca del Guadalaviar y, en cualquier caso, muy lejos de Omaña.
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La Presa Antigua atravesando el Alto Pando.

Vuelta al Hilo Segundo: Aparece por fin el Canal Romano.

Sosegado mi ánimo después de haber tomado el piscolabis en virtual compañía de fray Tirso y don Tito, acordé conmigo mismo coronar el Suspirón para echar un vistazo a la vertiente del sur. Y se llenó mi corazón de gozo al comprobar que nadie había roturado aquella parte, acaso porque no hay nada que arar donde está la peña a flor de piel.
De modo que, resuelto a encontrar el canal, decidí regresar a la Campa de Corros y tomar allí el Camino de los Asturianos que, en su tiempo, enlazó Barrio de La Puente (Valle Gordo), con Los Barrios de Nistoso (La Cepeda).