orígenes del ramo parecen remontarse a épocas precristianas, en las que el ramo (entendido como una rama de árbol en sí) tenía un carácter votivo como culto a la fertilidad y preludio de la primavera. Es, por tanto, un símbolo pagano asimilado por la Iglesia al parecer a través de las pastoradas (pequeños autos de Navidad que se celebraban en los atrios de las iglesias de las provincias de León, Zamora y Asturias).
La tradición evolucionó del ramo natural a la estructura de madera anteriormente explicada, probablemente por influencia del tenebrario existente dentro de los templos parroquiales donde inicialmente se colocaban. Más tarde empezaron a situarse dentro de los hogares, de un modo similar al árbol de navidad.
Con la despoblación del campo leonés acaecida durante el siglo XX, esta tradición estuvo a punto de perderse por el empuje de otras importadas, como el ya mencionado árbol, y por ser identificado el ramo como algo rural y por tanto desdeñable. Actualmente vive un nuevo renacer al ponerse de moda en la sociedad leonesa, en especial la de la capital provincia
La tradición evolucionó del ramo natural a la estructura de madera anteriormente explicada, probablemente por influencia del tenebrario existente dentro de los templos parroquiales donde inicialmente se colocaban. Más tarde empezaron a situarse dentro de los hogares, de un modo similar al árbol de navidad.
Con la despoblación del campo leonés acaecida durante el siglo XX, esta tradición estuvo a punto de perderse por el empuje de otras importadas, como el ya mencionado árbol, y por ser identificado el ramo como algo rural y por tanto desdeñable. Actualmente vive un nuevo renacer al ponerse de moda en la sociedad leonesa, en especial la de la capital provincia