A la luna de
Valencia
nunca me he quedado yo,
porque tengo la
costumbre
siempre de querer a dos.
Amor no pongas amor
donde no hay correspondencia
que luego te quedarás
a la luna de Valencia.
La mujer que quiere a dos,
no es tonta que es prevenida,
si una vela se le apaga,
otra le queda encendida.