María, si bien me quieres
no se lo digas al cura
que los secretos de amor
son para la sepultura.
Amores, si quisiera
tengo a manojos
pero en tí vida mía
pongo los ojos.
no se lo digas al cura
que los secretos de amor
son para la sepultura.
Amores, si quisiera
tengo a manojos
pero en tí vida mía
pongo los ojos.