A bailar el bolero
tú me invitaste,
cada vuelta que diste
bien me pisaste.
El amor enojado
es como un niño,
que en haciéndole halagos
vuelve al cariño.
tú me invitaste,
cada vuelta que diste
bien me pisaste.
El amor enojado
es como un niño,
que en haciéndole halagos
vuelve al cariño.