LA VIRGEN DE FATIMA
Oh, Santa Madre del Redentor de Fátima;
que por amor al mundo, os aparecisteis
a tres sencillos pastorcillos y sintiendo
aquellos tu insondable amor; testigos
fueron del triste final que espera, a los
impíos, que; sin Dios, sin Jesús y sin
vos; creen vivir entera y total felicidad.
Rogad; Señora mía, por toda esta vuestra
humanidad, para que no transite más,
por los caminos de oscuridad y vos; con
vuestra perfecta arma: El Rosario Santo,
dobleguéis al maligno e instaurad la paz,
no ofendiendo más; al Dios de la vida.
© 2008 by Luis Ernesto Chacón Delgado
Oh, Santa Madre del Redentor de Fátima;
que por amor al mundo, os aparecisteis
a tres sencillos pastorcillos y sintiendo
aquellos tu insondable amor; testigos
fueron del triste final que espera, a los
impíos, que; sin Dios, sin Jesús y sin
vos; creen vivir entera y total felicidad.
Rogad; Señora mía, por toda esta vuestra
humanidad, para que no transite más,
por los caminos de oscuridad y vos; con
vuestra perfecta arma: El Rosario Santo,
dobleguéis al maligno e instaurad la paz,
no ofendiendo más; al Dios de la vida.
© 2008 by Luis Ernesto Chacón Delgado