Si los
nidos de golondrina nos decían que no se tocaban, también recuerdo eso de que se quemaba la
casa, pero los de avión sí que les tirábamos
piedras como bien dice Tirso, pero no siempre hacíamos esto, debía de ser porque como estaban tan altos y no podíamos mirar todo lo que pasaba allí dentro pues nos daba por destruirlos. Que malos éramos, pobres pájaros!