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MANZANEDA DE OMAÑA: Recuerdo un verano en Manzaneda, yo era pequeña; no...

Aquellos fueron años de extrema penuria y calamidad; es como si el Universo entero nos quisiera castigar por tanta estupidez.
Sobrevivimos gracias a la leche de las vacas; se la dabamos hasta a los perros, cerdos, gatos y es que como no había carretera no se vendia la leche.
Cuando el centeno estaba a punto de segar, caia una tormenta de pedrisco y lo tumbaba todo. Otras veces no llovia. Se sacaban los Santos en procesiones haciendo Rogativas para que lloviera. Se morian los cerdos, muchas vacas.
Nevaba mucho, no teniamos ropa adecuada, ni dinero, en fín una miseria.
Habia un maestro que les explicaba a los niños sobre el sistema monetario; les decía: los hay de cinco, de veinte, de cien y dicen que los hay de mil.

Dos preguntas para ti:
-Te acuerdas de ver colocada la Campana en San Roque.
-Te acuerdas de ver en Casa de Eliseo una sala pintada de forma especial toda llena de libros antiguos o lo soñe yo.

Recuerdo un verano en Manzaneda, yo era pequeña; no se como entré en casa de Eliseo, seguro que jugando con alguno de mis primos. La casa por aquel entonces servia de establo para los animales. Allí había cabras, conejos..
En una habitación de las de arriba, encontré lo que para mi era un aunténtico tesoro: estaba llena de preciosos libros; como decía mi madre encuadernados en piel, con letras antiquísimas de oro. PRECIOSOS! había un desorden total; casi todos tirados por el suelo, algunos rotos, todo revuelto.
Yo pasaba muchos ratos hojeandolos. Le comenté en algún momento a mi madre que allí había libros muy bonitos, pero ella no me hizó gran caso.
Cuando volví al año siguiente ya no había nada.
Cada vez que me acuerdo (y lo hago para mi desgracia amenudo) de aquellos libros se me revuelven las tripas. Allí puede que hubiera libros de incalculable valor. Antiquísimos sí que lo eran; pues yo he visto en numerosos museos libros similares. Desde luego era una biblioteca preciosa; que pena!;
Dice mi madre que aquella habitación siempre había estado cerrada. Que hubieron tres caseros con sus familias viviendo allí; uno de Valbueno, otro de Sosas y otro de Salce.
Dice, que decia mi abuela que aquella habitación la tenían reservada para cuando venian ellos. Tenian según mi madre tambien cacharros de cobre.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Esa misma experiencia la tube yo, aunque ya dudaba de que fuese verdad, abri un libro y habia un nido de raton dentro con crias.
En aquellos tiempos problamente tendria menos de 10 años y no me dio por mirar los libros con detenimiento, ademas creo que habia entrado por una ventana o balcon, mi finalidad era buscar nidos, nada mas, como tu dices, que pena.