MINERÍA / Última etapa de la III Marcha Negra
Apoteósico fin a 400 kilómetros de lucha
Miles de ciudadanos mostraron ayer su apoyo a los mineros en la última etapa de la Marcha
http://www. lacronicadeleon. es/2012/07/11/leon/apoteosico- fin-a-400-kilometros-de-lucha- 154675. htm
Un precioso homenaje Maite
Poco a poco lentamente,
por escabroso sendero,
camina de su trabajo,
va fajigado el minero.
Tres o cuatro pequeñuelos
alla en la cama quedaron,
que para ver a su padre
un momento despertaron.
Subiendo por la vereda
una tos seca y constante...
No, nos olvidemos de ellos.
EL DOLOR DE LA MINA
El dolor de la mina en la calle. El mismo dolor de cada amanecer cuando, dejando el sol y la vida a la espalda, el minero, apretando silencio entre los dientes, baja al abismo a arrancar su negro salario. El mismo dolor de la callada queja de la esposa, madre, hermana, hija, novia o compañera, que lo ven partir y que no pueden detenerlo, porque hay que llenar el puchero. Pero ese dolor no trasciende, no se escucha, no se aprecia, no se comparte en la calle. Sólo cuando el pan...
Apoteósico fin a 400 kilómetros de lucha
Miles de ciudadanos mostraron ayer su apoyo a los mineros en la última etapa de la Marcha
http://www. lacronicadeleon. es/2012/07/11/leon/apoteosico- fin-a-400-kilometros-de-lucha- 154675. htm
Un precioso homenaje Maite
Poco a poco lentamente,
por escabroso sendero,
camina de su trabajo,
va fajigado el minero.
Tres o cuatro pequeñuelos
alla en la cama quedaron,
que para ver a su padre
un momento despertaron.
Subiendo por la vereda
una tos seca y constante...
No, nos olvidemos de ellos.
EL DOLOR DE LA MINA
El dolor de la mina en la calle. El mismo dolor de cada amanecer cuando, dejando el sol y la vida a la espalda, el minero, apretando silencio entre los dientes, baja al abismo a arrancar su negro salario. El mismo dolor de la callada queja de la esposa, madre, hermana, hija, novia o compañera, que lo ven partir y que no pueden detenerlo, porque hay que llenar el puchero. Pero ese dolor no trasciende, no se escucha, no se aprecia, no se comparte en la calle. Sólo cuando el pan...
