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CARAVANA

Hoy tuvimos noticia del poeta:
Entre el arrullo de los órganos de boca
Y colgados los brazos de las últimas estrellas,
Detuvo su caballo.

El campamento de mujeres batía palmas,
Aderezando las tortillas de maíz.
Las muchachas mordían el tallo de las flores, ... (ver texto completo)
Siiiiiiiiiiiiii
A, y un saludo para ti tambien
me gustan mucho, sigan publicando!
Pues ya que te gustan este te lo dedico
Vueltas y vueltas
doy sin cansarme
mas si no bebo
paro al instante
Hola Basi, muy entretenido acertijo, aaaaaaa, saludos
Siiiiiiiiiiiiii
Que guapo está el pueblín, con el agua de Abril y el verde Mayo.
Muy guapin el pueblin y si que esta verde, me alegro que hayas entrado haber si lo haces un poco mas
Que guapo está el pueblín, con el agua de Abril y el verde Mayo.
Hola Basi, muy entretenido acertijo, aaaaaaa, saludos
me gustan mucho, sigan publicando!
Hola Antonio, muy bonito lo que nos escribes, siempre los pensamientos son buenos de compartir.
Nos sentamos a la orilla del rio Omaña y escuchamos el cantar de sus aguas y seguro que nos vienen muchos recuerdos que nos gustaria compartir con TOD@S.
Besos y abrazos que tengais un gran dia
Buenos dias amigos de Oterico.
Con el permiso de Miguel --les meto mano a los orejones--Me dan fuerza para seguir mi camino hacia mi pueblo.
Lo mismo a Adela que a todos los demás, os deseo un buen dia, aunque sea lunes, y abrigaros que me ha dicho un pajarin que vuelve el frio. Pilar.
Tenéis mucho arte en vuestro pueblo
En el nuestro, Formigones, nuestros retablos son del s. XVII
Son muy, muy parecidos a los de vuestra iglesia

Un saludo
Buenos dias. Parece que está Miguel solito por aquí.
ADELAAAAAAA....., mujer que haces que no vienes a tu pueblo.... ay ay ay... te voy a sacar la tarjeta, mira que eres,.... o ¿te has ido otra vez de vacaciones?
Quiero leer tus mensajes, ven pa acá, moza OMAÑESA.
Hola a tod@s os deseo un buen dia de San Isidro, que es el patron de Madrid.
Que seais muy felices besos y abrazos
Buenos dias. Buen jueves os deseo.
Voy hasta Cirujales, no me entretengo que tengo los minutos contados, hasta otro rato, amigos. Pilar.
EL REO DE MUERTE

¡Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar!
I

Reclinado sobre el suelo
con lenta amarga agonía,
pensando en el triste día
que pronto amanecerá,
en silencio gime el reo
y el fatal momento espera
en que el sol por vez postrera
en su frente lucirá.

Un altar y un crucifijo,
y la enlutada capilla
lánguida vela amarilla
tiñe en su luz funeral,
y junto al mísero reo,
medio encubierto el semblante,
se oye al fraile agonizante
en son confuso rezar.

El rostro levanta el triste
y alza los ojos al cielo;
tal vez eleva en su duelo
la súplica de piedad:
¡Una lágrima! ¿es acaso
de temor o de amargura?
¡Ay! a aumentar su tristura
¡Vino un recuerdo quizá!

Es un joven y la vida
llena de sueños de oro,
pasó ya, cuando aún el lloro
de la niñez no enjugó:
El recuerdo es de la infancia,
¡Y su madre que le llora,
para morir así ahora
con tanto amor le crió!

Y a par que sin esperanza
ve ya la muerte en acecho,
su corazón en su pecho
siente con fuerza latir,
al tiempo que mira al fraile
que en paz ya duerme a su lado,
y que ya viejo y postrado
le habrá de sobrevivir.

¿Mas qué rumor a deshora
rompe el silencio? resuena
una alegre cantinela
y una guitarra a la par,
y gritos y de botellas
que se chocan, el sonido,
y el amoroso estallido
de los besos y el danzar.

Y también pronto en son triste
lúgubre voz sonará:
¡Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar!

Y la voz de los borrachos,
y sus brindis, sus quimeras,
y el cantar de las rameras,
y el desorden bacanal
en la lúgubre capilla
penetran, y carcajadas,
cual de lejos arrojadas
de la mansión infernal.

Y también pronto en son triste
lúgubre voz sonará:
¡Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar!

¡Maldición! al eco infausto
el sentenciado maldijo
la madre que como a hijo
a sus pechos le crió;
y maldijo el mundo todo,
maldijo su suerte impía,
maldijo el aciago día
y la hora en que nació.

II

Serena la luna
alumbra en el cielo,
domina en el suelo
profunda quietud;
ni voces se escuchan,
ni ronco ladrido,
ni tierno quejido
de amante laúd.

Madrid yace envuelto en sueño,
todo al silencio convida,
y el hombre duerme y no cuida
del hombre que va a expirar;
si tal vez piensa en mañana,
ni una vez piensa siquiera
en el mísero que espera
para morir, despertar;

que sin pena ni cuidado
los hombres oyen gritar:
¡Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar!

¡Y el juez también en su lecho
duerme en paz! ¡y su dinero
el verdugo placentero
entre sueños cuenta ya!
Tan sólo rompe el silencio
en la sangrienta plazuela
el hombre del mal que vela
un cadalso al levantar.

Loca y confusa la encendida mente,
sueños de angustia y fiebre y devaneo
el alma envuelven del confuso reo,
que inclina al pecho la abatida frente.

Y en sueños
confunde
la muerte,
la vida.
Recuerda
y olvida,
suspira,
respira
con hórrido afán.

Y en un mundo de tinieblas
vaga y siente miedo y frío,
y en su horrible desvarío
palpa en su cuello el dogal;
y cuanto más forcejea,
cuanto más lucha y porfía,
tanto más en su agonía
aprieta el nudo fatal.

Y oye ruido, voces, gentes,
y aquella voz que dirá:
¡Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar!

O ya libre se contempla,
y el aire puro respira,
y oye de amor que suspira
la mujer que un tiempo amó,
bella y dulce cual solía,
tierna flor de primavera,
el amor del la pradera
que el abril galán mimó.

Y gozoso a verla vuela,
y alcanzarla intenta en vano,
que al tender la ansiosa mano
su esperanza a realizar,
su ilusión la desvanece
de repente el sueño impío,
y halla un cuerpo mudo y frío
y un cadalso en su lugar.

Y oye a su lado en son triste
lúgubre voz resonar:
¡Para hacer bien por el alma
del que van a ajusticiar! ... (ver texto completo)