Jo¡, vaya con las termitas, que mala uva tienen. No les basta con la celulosa de las maderas que se meten hasta con, la escasa y llena de barro, de los adobes.Que tías, que voracidad. Dicen por ahí que hacer un hotel rural en el convento.Pero si el convento no sirve para convento por culpa de las termitas, tampoco servirá para hotel. Las termitas seguirán siendo las mismas. Bueno, cada día habrá más. Porque también le darán al trinki, y ala, nuevas generaciones al mundo, que aunque en éste no cabe un alfiler, en el otro no debe haber ningún problema habitacional. Y, a todo esto, ¿cuando se van las monjitas? Porque todavía no se han ido ¿ no?