MáS PASOS PARA LA DIGNIDAD
ARQUEóLOGOS DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID EXHUMAN UNA FOSA EN CIUDAD RODRIGO (SALAMANCA)
Contenía los restos de catorce vecinos de Fuenteguinaldo
El pasado día 8 de octubre se cumplieron 70 años desde que catorce vecinos de la localidad salmantina de Fuenteguinaldo fueron sacados de la cárcel de Ciudad Rodrigo y conducidos al solitario pago de Cantarranas, donde fueron fusilados por pistoleros falangistas y posteriormente enterrados en ese mismo lugar.
Dos días después de esa efemérides, arqueólogos de la Universidad de Valladolid, que colaboraban con la ARMH y con las familias de aquellos asesinados, localizaron la fosa en la que fueron enterrados aquellos catorce hombres cuyo único delito fue creer que un mundo mejor era posible.
La localización de la fosa supuso la culminación de un arduo trabajo de campo en el que, a lo largo de los últimos dieciséis meses, se removió una ingente cantidad de metros cúbicos de tierra.
Se olvidaron así los muchos los días en los que la incertidumbre y la desesperanza ante la falta de resultados planearon sobre familiares y arqueólogos.
Pero la constancia dio sus frutos y el 10 de octubre de 2006 unos y otros se fundieron en un abrazo al tenerse constancia de que la tumba había sido finalmente hallada.
ARQUEóLOGOS DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID EXHUMAN UNA FOSA EN CIUDAD RODRIGO (SALAMANCA)
Contenía los restos de catorce vecinos de Fuenteguinaldo
El pasado día 8 de octubre se cumplieron 70 años desde que catorce vecinos de la localidad salmantina de Fuenteguinaldo fueron sacados de la cárcel de Ciudad Rodrigo y conducidos al solitario pago de Cantarranas, donde fueron fusilados por pistoleros falangistas y posteriormente enterrados en ese mismo lugar.
Dos días después de esa efemérides, arqueólogos de la Universidad de Valladolid, que colaboraban con la ARMH y con las familias de aquellos asesinados, localizaron la fosa en la que fueron enterrados aquellos catorce hombres cuyo único delito fue creer que un mundo mejor era posible.
La localización de la fosa supuso la culminación de un arduo trabajo de campo en el que, a lo largo de los últimos dieciséis meses, se removió una ingente cantidad de metros cúbicos de tierra.
Se olvidaron así los muchos los días en los que la incertidumbre y la desesperanza ante la falta de resultados planearon sobre familiares y arqueólogos.
Pero la constancia dio sus frutos y el 10 de octubre de 2006 unos y otros se fundieron en un abrazo al tenerse constancia de que la tumba había sido finalmente hallada.