El 19 de julio de 1906 se publicó esta poesía en el Diario de León (firmaba un tal C. Triana):
De viejas tapias formado, /
Donde anidan los mochuelos, /
Colocado en la colina /
Y dominando a su pueblo, /
Ostenta Grajal de Campos /
Su famoso monasterio. /
Ya en sus claustros no pasea /
El fraile grave y severo, /
Ya la tierra de su huerta /
No la remueven los legos, /
Ni en la Iglesia abobedada /
Se oyen misteriosos rezos, /
Voces graves que repiten /
Salmos piadosos y buenos. /
Están sus celdas vacias, /
Están sus claustros desiertos, /
Sin adornos las ventanas, /
Sin florecillas el huerto, /
Sin libros la biblioteca, /
Sin monges el monasterio. /
La sombra de la tristeza /
Envuelve sus muros viejos, /
Allí todos es decadencia, /
Todo abandono y silencio, /
Y al verle el alma se llena /
De angustias y sentimientos./
¡Oh libertades modernas!, /
¡Oh libertad de estos tiempos!. /
¡Yo maldigo vuestro influjo, /
Yo maldigo vuestro imperio!. /
La libertad que yo adoro, /
La libertad que yo quiero, /
Respeta todo lo grande, /
Conserva todo lo bueno.
No me gusta nada ésta, pero como la historia se repite en distintas circuntancias, me agradaría saber que la propiedad nunca será abandonada a su suerte. ¿Quién lo ha comprado?. ¿Qué ha pasado con las tallas de San Antonio, con el yacente y su urna, con los retablos, con las rejas ... Etc.?. (ojo: “MONGES” y no monjes es transcripción literal).
De viejas tapias formado, /
Donde anidan los mochuelos, /
Colocado en la colina /
Y dominando a su pueblo, /
Ostenta Grajal de Campos /
Su famoso monasterio. /
Ya en sus claustros no pasea /
El fraile grave y severo, /
Ya la tierra de su huerta /
No la remueven los legos, /
Ni en la Iglesia abobedada /
Se oyen misteriosos rezos, /
Voces graves que repiten /
Salmos piadosos y buenos. /
Están sus celdas vacias, /
Están sus claustros desiertos, /
Sin adornos las ventanas, /
Sin florecillas el huerto, /
Sin libros la biblioteca, /
Sin monges el monasterio. /
La sombra de la tristeza /
Envuelve sus muros viejos, /
Allí todos es decadencia, /
Todo abandono y silencio, /
Y al verle el alma se llena /
De angustias y sentimientos./
¡Oh libertades modernas!, /
¡Oh libertad de estos tiempos!. /
¡Yo maldigo vuestro influjo, /
Yo maldigo vuestro imperio!. /
La libertad que yo adoro, /
La libertad que yo quiero, /
Respeta todo lo grande, /
Conserva todo lo bueno.
No me gusta nada ésta, pero como la historia se repite en distintas circuntancias, me agradaría saber que la propiedad nunca será abandonada a su suerte. ¿Quién lo ha comprado?. ¿Qué ha pasado con las tallas de San Antonio, con el yacente y su urna, con los retablos, con las rejas ... Etc.?. (ojo: “MONGES” y no monjes es transcripción literal).