¡Apañados estamos¡.
Entre monjitas que nos roban, curas que miran para otro lado, sacristanes cobardes...ya solo nos faltaban catequistas de ciudad, de dudosa moralidad.
¡PUES Sí QUE ESTá BUENO EL CLERO¡.
Entre monjitas que nos roban, curas que miran para otro lado, sacristanes cobardes...ya solo nos faltaban catequistas de ciudad, de dudosa moralidad.
¡PUES Sí QUE ESTá BUENO EL CLERO¡.