El cazador, aunque furtivo, nunca acabará con ninguna especie, porque ama la
Naturaleza (aunque a veces el exceso de amor le pierda, que en eso coincidimos)y cuida el
campo por el intrés que le trae.
El peligro son los avarientos que roturan
campos, regueras, humedales, sotos, sebes y todo lo que pillan. Que contaminan el campo de pesticidas, que hacen arrancar viñedos porque quiebran la cooperativa. Que la avaricia de arar les hace seres antisociales y llenan el
pueblo de pesticidas.
No queremos
... (ver texto completo)