FOLLOSO: El sistema amaricano tantas veces alabado y con razon,...

Antonio Calvo procedía de nuestra vecina comarca, La R$ibera, era natural de Benavides de Órbigo (León). Estudió en la Complutense, Filología Hispánica. Compaginaba estudios y pinchar música en los finales de los ochentas en la Movida madrileña e incluso trabajaba de camarero en un café de Chueca. En una entrevista que le hacían en el Mundo en el 1999 declaraba: "que dada la endogamia de la Universidad española se había decidido por emigrar a Estados Unidos. Todas los departamentos de español de las Unis americanas proporcionan becas para extranjeros que te permiten estudiar y trabajar". Estudiaba su doctorado en N. Y. y daba clases en la City University. Vivió esa etapa como la vivió el poeta sobre el que hizo su tesis doctoral, Federico García Lorca, que defendió en el 2007.

Desde el 2006 era profesor adjunto en Princeton. Con mucho esfuerzo había llegado a educar las élites americanas. Era un profesor que se exigía, amaba la Universidad. Tenía un carácter fuerte, era exigente y ponía mucho empeño en sacar a la gente adelante. Su entrega a los alumnos le valió el apodo de " San Antonio".

En 2008, El Profesor Calvo había descubierto España a Princeton. Creó un programa de visista académica. Participaban 35 alumnos y estudiaban en Toledo durante un mes. Ejercía de padre y de profesor. Les daba clase en El Prado, les hacía sentirse privilegiados.

Este verano acababa contrato y en Princeton abren un proceso evaluador para prorrogar el contrato. Entre otras cosas piden opiniones, por carta a alumnos y profesores. El día 8 de abril le comunican su despido. Algunos estudiantes de posgrado que él coordinaba, parece ser que se quejaron de que había usado expresiones altisonantes, como " te estás tocando los cojones", referido al que no da ni un palo al agua. Cuatro días después de ser despedido, Calvo se suicidó en su apartamento.

Princeton ha guardado silencio. Los alumnos de la lincenciatura de Calvo han reunido muchas firmas para pedir al Consejo que abra una investigación independiente para saber el motivo del despido de Antonio Calvo. Creen que no ser políticamente correcto no es causa de despido. Muchos de sus alumnos dan testimonio de que era un buen profesor que se entregaba generosamente a su trabajo.

Un abrazo.

El sistema amaricano tantas veces alabado y con razon, resulta ser despiadado, a veces, por cosas para nosotros banales.